jueves, 9 de enero de 2014

¿Tu página web ya no llama la atención? 5 formas de renovarla


Es tan común que parece una maldición de todas las paginas de negocios: luego de publicada, nunca se actualiza. En parte es por lo complicado que puede llegar a ser para un emprendedor sumergirse en código html, CSS, PHP y javascript ( aunque cada vez hay más alternativas para evitar esto) y en parte es por la falsa idea de que una vez publicada, una pagina web nunca necesitara cambiar

Aún cuando se diseña para ser permanente, es increíble lo rápido que cambian las cosas. Fácilmente en menos de un mes, el correo electrónico, la persona de contacto o los productos han cambiado y sin reflejar esos cambios en la web, se pierde mucho de la valiosa credibilidad de nuestro sitio, y con ello el valor invertido en él. Como clientes lo sabemos, no hay nada peor que ilusionarse con la existencia de un producto o servicio solo para descubrir en la vida real que hace mucho ya no se maneja.

Para evitar que esto suceda es necesario renovarla. Aunque claro, dependiendo de la situación la manera de lograrlo. He aquí algunos ejemplos:


0) Identifica la causa del problema.

Antes que nada hay que reconocer lo grave de la situación. Saber si es el contenido, el diseño, la interacción, la redacción o el tiempo de carga lo que esta ahuyentado a los visitantes y restándole oportunidades al negocio. La idea es hacerse preguntas o pedir a alguna persona ajena a la empresa que nos ayude a obtener información de nuestra página , de esta manera podremos ver qué es lo que mas le cuesta, lo que no le gusta, dónde se pierde, dónde se aburre, etc. 

Evidentemente podemos hacer esto de forma tan complicada o tan sencilla como queramos, aunque usualmente preguntar "¿me puedes decir donde esta el teléfono de contacto?" o "¿sin leer nada, de que te parece que es la página?" ya aporta suficiente información para comenzar.

1) Si el problema es la información


Usualmente los problemas con los textos de una página son tres: o están escritos como si fueran novelas y no publicidad (todo un bloque de renglones y renglones), o tienen datos obsoletos (fáciles de reconocer cuando se habla de fechas, direcciones, precios o números telefónicos) o lo peor, tiene faltas de ortografía.

Las soluciones son sencillas: de entrada resumir el contenido, escribir  párrafos con alrededor de 3 oraciones y pasar lo escrito al menos por el corrector de un procesador de textos. Ayuda también que como visita al médico, al menos cada seis meses alguien le de una leída al sitio para asegurarse que toda la información siga siendo vigente.

2) Si el problema es lo gráfico


A menos que se sea diseñador, ésta es un área difícil del diagnosticar. Lo más sencillo es compararse con la competencia. Si nuestro sitio parece hecho en una época anterior a la del competidor, es signo de que la apariencia debe de modificarse. La clave para que esto funcione es obviamente elegir un buen competidor, alguien cuyo sitio sea interesante. 

¿Qué se debe modificar? Usualmente disminuir la cantidad de texto, dejar suficientes espacios vacíos y hacer más grandes las imágenes le pueden dar una apariencia más fresca. Otra alternativa para seguir las tendencias actuales es adoptar un diseño simple, sin adornos ni curvas, como se puede ver en el sitio de Fondeadora. Solo habrá que asegurarse que el giro del negocio sea compatible con este tipo de diseño.

Otras veces la solución es más sencilla y solo con cambiar las imágenes o cambiar los colores vivos que dificulten leer (letras amarillas en fondo blanco por ejemplo) es suficiente.

3) Si el problema son los clics

La información esta ahí, en algún lugar, solo que nadie la puede encontrar. Con el paso del tiempo se han agregado tantas categorías y menús que ni el propio dueño sabe donde colocar una actualización. Esto provoca que el visitante prefiera irse antes de rascar en la navegación del sitio para encontrar lo que busca.

Colocar un buscador es una falsa solución a este problema, la cual cuando se combina con términos propios del negocio que nadie más conoce, provocan mayor frustración al visitante. Después de todo, ¿quién conoce la diferencia entre una canasta, un arcón y un portaviandas? Las verdaderas soluciones son definir una estructura para nuestro sitio lo más horizontal posible (agrupando conceptos comunes en una sola opción) y seguirla. Además es clave pensar como el visitante, es decir, con palabras sencillas que la mayoría de los clientes conozcan.

Previamente había comentado ya sobre algunas herramientas para diseñar el mapa de nuestro sitio.


4) Si el problema es lo lento

La idea era perfecta: una animación de entrada, un encabezado animado, un anuncio interactivo con nuestras promociones e incluso un vídeo con la bienvenida. Con una conexión de banda ancha y una computadora de escritorio sería una buena idea. La realidad es que no necesariamente es así. La mayoría de los visitantes valoran más un sitio que les permita encontrar rápidamente lo que buscan sobre uno con fotos de alta resolución o muchos detalles. 

Aquí la máxima a seguir es: menos es más. Sin descuidar la apariencia, irse deshaciendo de adornos innecesarios y funciones superficiales permite que nuestra página web cargue más rápido. Un punto fácil de revisar antes de adentrarse en la funcionalidad técnica es revisar el tamaño de las imágenes. Es muy probable que más allá de los 1000 pixeles, el exceso de resolución no sea necesario. Por cierto, si se subieron directamente de la cámara digital a la web, es casi un hecho que es necesario reducir su tamaño.

5) Si todo parece ser el problema


Hay veces que simplemente ya no hay remedio. El sitio web se ha vuelto un monstruo de información revuelta donde nadie sabe qué hay y cuando se actualizó por última vez. La apariencia parece salida de los noventas y para colmo tarda en cargar. En estos casos es mucho mejor empezar de cero.

Para lograrlo es muy importante resistir la tentación de diseñar una nueva apariencia y vaciar completamente todo el contenido viejo. Es mejor ir creando secciones poco a poco, las más importantes primero y terminar eliminando las que no hagan falta. Para esto es de mucha ayuda conocer a nuestro cliente potencial y tener estadísticas de nuestro sitio.

Al final el objetivo es que nuestro sitio web sea un escaparate vivo del negocio, al cual los clientes sepan que pueden acudir para entrar en contacto con nosotros. Con constancia esto nos lleva a ganar credibilidad y con ello nuevos clientes.

¿Hace cuánto actualizaste tu sitio web? ¿Qué más te gustaría poder renovar? ¿Prefieres hacerlo por tí mismo o dejar que alguien más lo haga? Platiquemos en los comentarios.

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