Pocos ejemplos son más claros de cómo la tecnología ha cambiado los negocios cómo el crowdsourcing. Más allá de ser un término de moda, esta palabra representa uno de esos casos donde internet hizo posible lo imposible. Y no sólo eso, si se usa adecuadamente, puede abrir las puertas a los emprendedores y pequeños negocios a, literalmente, un mundo de recursos que a veces ni las grandes empresas podrían pagar.
El poder de las masas
El crowdsourcing o fondeo masivo como podría traducirse aproximadamente, es un tipo innovador de modelo de negocios. En términos muy generales es una forma de hacer negocios donde la multitud (o crowd), apoya un proyecto, producto o servicio con algún tipo de recurso.
Cómo aplicarlo en el negocio es decisión de cada quién y del giro que se tenga. Para algunos, puede ser el pilar de toda la empresa, mientras que para otros puede ser una de las herramientas que usar en un proyecto. Puede ser que sólo sea una forma de iniciar o que se convierta en un medio más para hacer dinero, o lo que es lo mismo una fuente de ingresos. Finalmente, lo que es importante saber es que este tipo de modelo no se enfoca solamente en conseguir dinero.
Para cada necesidad, un tipo de fondeo
Aunque es muy fácil pensar que todo se resuelve con dinero, hay ocasiones, donde es solo un medio para conseguir algo más. Lo que permite el crowdsourcing en algunos casos es brincar al dinero como intermediario y obtener directamente lo que el negocio necesita. Por eso hay fondeos para distintos recursos.
- Dinero: Evidentemente es el más atractivo y por el que el término se hizo famoso. Se inicia al definir un monto a recolectar y una serie de recompensas según la cantidad que se aporte al proyecto, siguiendo la idea de "quien aporta más, obtiene más". Útil para iniciar una idea de negocio, siempre que se tenga un producto suficientemente maduro para salir al mercado en cuanto llegue el recurso económico. Podría verse incluso como una preventa. Existen sitios especializados para anunciar nuestros proyectos y alcanzar una audiencia mayor, aunque no descarta el uso de redes sociales para ampliar la difusión.
- Tiempo: Podría parecer insignificante, pero tener el tiempo de los futuros clientes o potenciales consumidores para llenar encuestas o compartir nuestros anuncios es más valioso de lo que parece. Dos son los principales beneficios: publicidad de boca en boca y retroalimentación directa de nuevas propuestas. Claro que la clave para volverlo funcional está en la motivación que se ofrezca a los clientes para participar. Aunque los descuentos son tentadores, siempre será mejor inspirar. Obviamente el mejor lugar para llevar a cabo estas iniciativas son las redes sociales.
- Procesamiento: Un derivado del recurso anterior, este se especializa en proponer pequeñas tareas a los clientes que permitan ordenar, clasificar u organizar un montón de información que de otra manera no hubiera sido disponible. ¿Ejemplos para un negocio? Una colección de libros o cómics que se desea vender en internet, pero cuyo catálogo es demasiado grande; la actualización de existencias en los diferentes puntos de venta para que avisen donde ya no hay más de un producto o la clasificación por comparación de los mejores productos que ofrecemos. Probablemente sea necesario tener una plataforma propia para lograr este tipo de fondeo.
- Colaboración: Hay que admitirlo, no es posible contratar especialistas de todas las áreas que necesita nuestro negocio. Especialmente cierto para diseños de papelería, logotipos y organización de eventos. En aquellos casos quizás sea mejor pedir propuestas entre los seguidores de nuestra marca o negocio en internet, en foros especializados o en sitios donde se ofertan propuestas creativas. A través de ellos, y si se tiene un anuncio convincente junto con un pago razonable, es posible obtener más de una propuesta para elegir el diseño final. Mucho más rápido que buscar despachos y solicitar cotizaciones individualmente.
En todos los casos es esencial saber vender nuestro producto y convencer a los clientes de que es algo que merece la pena pagar por adelantado. Evidentemente esto no se logra sin tener una mentalidad "ganar-ganar", donde el cliente pueda reconocer el valor adicional que le daría apoyar la idea ahora en lugar de más tarde.
¿Con qué empezar?
Como todo, es necesario estar bien preparado para asegurar las mayores probabilidades de exito a nuestra iniciativa de crowdsourcing. Algunos indispensables para comenzar son:
- Un buen discurso de venta: Por más anuncios y plataformas que usemos, si no hay un mensaje atractivo, corto y convincente de nuestro producto o servicio, nadie se tomará el tiempo de compartir o de apoyar. Pueden ser una infografía, un video, una colección de imágenes a publicar. Entre más corto y visual, mejor.
- Una página web y redes sociales: No por nada este modelo nació en Internet. Una presencia cuidada y coherente en una página web y en las principales redes sociales de nuestro país y ramo son básicas para comenzar.
- Un plan de inversión para satisfacer a todos: Probablemente lo más tedioso, pues no a todos les gusta hacer números, pero es necesario saber hasta dónde se puede ofrecer y hasta dónde realmente se necesita la ayuda, pues entre menos se pida es más probable que se obtenga. Y entre más campañas exitosas se acumulen, mayor reputación y apoyo la próxima vez. Comparar gastos contra potenciales ganancias y asegurar que los tiempos se cumplan es una buena base para comenzar.
Estimado Alejandro, una foto suya en la presentación -además de ser muy americano- creo que se lo merece su portal informativo y su excelente gestión de acopio de muy buen material, el cual sabe manejar sin distorsionarlo otorgándole una gran credibilidad.
ResponderBorrarIdeal sería un artículo para los menos conocedores, aclarando los conceptos -y sus diferencias- de los diferentes títulos que se otorga a este tipo de operaciones financieras (crowdfunding-crowdsourcing-crowdlending-P2Plending-equitycrowdfunding etc)
Felicitaciones. Juan Francisco Santelices-Metronewsweek.com