domingo, 16 de noviembre de 2014

Qué poner en el blog de tu negocio (Parte 3 del especial #eraparaayer)

Así que luego de mucho pensarlo, te decidiste a abrir un blog para tu negocio. Felicidades. Has visto la utilidad de tener un escaparate digital sencillo de actualizar y ya te has creado una cuenta en alguno de los servicios gratuitos disponibles. Inicias sesión, decides crear una entrada y te quedas viendo la pantalla del editor de texto.

¿Y ahora qué?
Quizás te puedas distraer personalizando los colores, las imágenes de fondo y poniendo un clásico contador de visitas  (signo casi infalible del novato estos días). Sin embargo la sección central sigue vacía. "¿Cómo llenarlo?" es la pregunta que no deja de sonar en tu cabeza.

¿Sobre qué publicar?

Temas para hablar sobre tu empresa hay muchos y afortunadamente tú eres el mejor experto en ellos. Sin embargo a veces es difícil decidir qué contar y cómo contarlo para evitar aburrir a los visitantes de tu blog. La respuesta más directa a esto es hablar siempre sobre el producto que tus futuros clientes consumirán. Aquí una lista de ejemplos:

FAQ (atención al cliente, proceso de compra, comparativas)

Ir publicando poco a poco una lista de preguntas frecuentes es una excelente forma de fortalecer esa área que pocos negocios consideran: el servicio al cliente. Con tres o cuatro preguntas por artículo es posible cubrir las dudas más frecuentes sobre el proceso de compra en tu tienda física o por internet,  las formas de pago, el rastreo de una orden (si es que está habilitado), etc. Además te da la oportunidad de conocer otras dudas que tienen tus clientes.

Descripción del producto

Otro tipo de publicación importante es el poder describir con todo lujo de detalles cada producto que se lance. Aprovecha las galerías de fotos, los videos, las tablas de especificaciones y poco a poco ve describiendo todas las características. Puede que en el camino descubras otras características que tú mismo no conocías y tus clientes también te lo agradecerán.

Además como auto crítica este ejercicio es útil para conocer qué aspectos debes reforzar de tu producto. Quizás algún sello o distintivo de calidad o de comercio justo podrían ayudar. Sin ir más lejos, este tipo de marcas son las que dan el valor a los productos orgánicos.

Casos de uso

Así como es útil saber cómo está formado un producto, es útil saber también para qué sirve. Nuevamente la intención detrás de estos artículos es explorar, pero ahora los usos alternativos para saber para qué más es útil tu producto o servicio.

La forma más sencilla de saberlo es preguntando a tus clientes. Si es necesario, es posible ofrecer algún incentivo para que compartan sus propuestas a cambio de un premio sorteado aleatoriamente o para la persona que publique el uso más atractivo. En este punto las redes sociales son un gran aliado.

Post-venta

Darle seguimiento a un cliente significa más que buscar venderle más productos. Si publicas recomendaciones para darle mantenimiento a un producto que compró o le enseñas cómo reparar pequeños problemas que se puedan presentar con el mismo, el cliente puede apreciar el soporte y volverse más fiel al negocio. 

En el caso de los productos que no se conservan después de comprados (comida, masajes, jugos, juegos) la asesoría para el mejor uso y disfrute del producto o servicio también son agradecidos.

Guías de compra

Finalmente no hay mejor señal de confianza hacia un producto que aquel que te invita a que lo compares con otros. Publicar en tu blog la lista de cosas que revisar al momento de comprar un producto permite a tus clientes compararte fácilmente con la competencia y (si todo sale bien) convencerse de las ventajas de tu producto. 

Claro está que la guía de compra será efectiva en la medida que se perciba como una lista de criterios auténtica y no sólo una forma de hacer quedar bien al propio producto frente a los de otros, o lo que es lo mismo, publicidad disfrazada. 

¿Qué publicar?

cc-by Maria Reyes-McDavis/Flickr
No todo el contenido de tu blog debe ser texto, o te arriesgas a ser aburrido.

Una vez decidido el contenido, la forma de presentarlo puede ser tanto fuente de aburrimiento para tus visitantes como sinónimo de calidad y profesionalismo. Así que sin más, veamos las recomendaciones para publicar tu contenido.

Como artículos de texto

Los artículos que escribas deben tener párrafos pequeños y oraciones cortas. No se trata de escribir una novela en cada artículo. En su lugar pueden ser varias publicaciones con no más de cinco párrafos cada uno. Procura incluir suficientes imágenes y dividir el texto en secciones.

Como videos

Hay veces que describir una serie de pasos es más sencillo a través de un video. Los casos más comunes son los tutoriales, las guías de uso para la primera vez y las demostraciones de contenidos de un producto. En todos los casos nada debería sobrepasar los cinco minutos. A final de cuentas no se trata de dar una visión completa y profunda del producto, sino la introducción que permita a los clientes preguntar más.

Como audios

Los archivos de audio pueden ser una opción para publicar rápidamente entrevistas con expertos sin la necesidad de editar tanto como con un video. Si se vuelve algo periódico pueden evolucionar en un podcast, una serie de cápsulas de audio que comenten novedades cada semana o cada mes.

Siempre es importante cuidar la calidad del sonido y el volumen correcto de las voces. La longitud puede ser ligeramente más larga que la de los videos, aunque una buena referencia sería medirlos en canciones, buscando duraciones de una o dos pistas.

Si mezclas cada una de estos formatos y publicas constantemente sobre cada uno de los temas arriba mencionados, tu blog y por consecuencia tu negocio comenzarán a ser más notorios y te darán la reputación y credibilidad que necesitas. Todo es cuestión de mantener el ritmo.

¿Qué otros temas te gustaría tocar en tu blog? ¿Cuál es la mayor dificultad para mantener tu blog actualizado? Comparte tus ideas en los comentarios.

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